Cuatro décadas atrás, la siembra directa fue el estandarte con el que los productores de nuestro país se pusieron al frente de la revolución agrícola, que posibilitó aumentar la producción en base a mejores rendimientos.
Uno de los grandes retos de nuestro mundo consiste en la producción de alimentos para una población en constante crecimiento, bajo sistemas que contemplen la adaptación y resiliencia al cambio climático.
Estamos convencidos de que la Argentina tiene los recursos naturales, tecnológicos y humanos para hacer frente a estos desafíos, colocando al sector agroindustrial argentino en una posición de vanguardia frente a la búsqueda de inversiones internacionales.