CONCLUSIONES DE UN AÑO AGITADO

08 DIC | por : FEARCA

Está concluyendo un año particularmente duro
para el país debido a la recesión económica, el ajuste generalizado y los
múltiples sacrificios que cada familia argentina debió hacer para enfrentar una
crisis que, esperemos, se vaya superando en el 2019. La Aviación Civil argentina no estuvo al margen de los sinsabores y, en particular, la Aviación Agrícola sufrió de lleno el impacto de las devaluaciones y los vaivenes cambiarios.  Sin embargo, a la hora de un balance resulta justo reconocer los avances que objetivamente tuvo el segmento durante el 2018, pues es una forma de estimular a los aeroaplicadores que continuaron creyendo en el país, a la vez, una forma de respaldar a las diversas autoridades con las que nos ha tocado interactuar. 

En primer lugar corresponde referirnos a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), por ser la máxima autoridad aeronáutica del país.  La relación con sus nuevas autoridades arrancó realmente mal debido a la implementación de la obligatoriedad del uso de respondedores radar para todos aquellos aviones agrícolas que operaran en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) ubicada al Norte del paralelo 29 Latitud Sur.  Sin embargo, a poco de transitar juntos el camino del diálogo, advertimos que los consensos eran posibles y encontramos en el Director Nacional de Seguridad Operacional, comandante Federico Giannini, un interlocutor válido y cordial.  Su presencia en la mesa inaugural del Congreso MERCOSUR y Latinoamericano de Aviación Agrícola constituye el refrendo del mejoramiento de una relación que va en mejora continua.

“Lo que vemos con mucha alegría y como un acierto es que el Ministerio de Transporte
de la Nación haya elegido un hombre de la Aviación para la Aviación, por lo que
celebramos que el comandante Federico Giannini haya sido el receptor de nuestros
pedidos, nuestras quejas y haya acompañado a la Aviación Agrícola como lo ha hecho,
con fuerte compromiso y convicción, apostando al crecimiento de un sector vital
para el campo y la aviación. Sabemos que es un hombre que conoce y reconoce los
avatares de la Aviación y las dificultades que significa una carrera aeronáutica.
El hecho de contar con la presencia del comandate en el VVXII Congreso Mercosur
y Latinoamericano de Aviación Agrícola, fue un acto de indiscutible apoyo”
afirma Cesar Antonietti, presidente de FEARCA, y agrega “Bregamos porque esta sinergia
se mantenga en el tiempo, ya que para nosotros es un valor agregado ser
escuchados, a pasar de lo agitado del año, la situación económica y todos los
errores que comentemos, creemos que ha sido un buen año, y pensamos en mantener
esta simbiosis con ANAC, que nos escucha y pone en práctica muchos hechos auspiciosos
para la Aviación Agrícola”. 

Existen temas pendientes de particular interés para la Aviación Agrícola sobre las cuales la ANAC no ha desplegado su plena energía, pero confiamos en que lo haga en el transcurso del 2019 dado que nuestros mensajes se están entendiendo con claridad y estamos trabajando estrechamente en conjunto.  El primer pendiente es la necesidad de incrementar la presión sobre los aeroaplicadores clandestinos, para terminar de erradicarlos del mapa de nuestro país.  En forma paralela, resulta preciso facilitar la habilitación de aquellas empresas que desean certificarse como explotadoras de Trabajo Aéreo, pues de lo contrario la propia autoridad aeronáutica estará conspirando contra los operadores legales. Adicionalmente, es preciso que ANAC reduzca al mínimo la Tasa General Unificada que debe percibir la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) por la prestación de servicios de tránsito aéreo a aeronaves de aeroaplicación, en buena medida porque éstos aviones específicos raramente operan desde o hacia los aeropuertos del Sistema Nacional.  Además, resulta imperioso quitar presión económica a las empresas productivas del país, que están empeñadas en traccionar nuestra economía en un contexto recesivo.

Durante todo 2018 la relación con la EANA ha sido por demás cordial y productiva.  Esta empresa entendió rápidamente cuáles eran los problemas operativos de los aeroaplicadores, particularmente en el ADIZ implementado para prevenir y reprimir el narcotráfico al Norte del país, y su acompañamiento contribuyó a reducir la catarata de infracciones aeronáuticas por Tránsito Aéreo Irregular (TAI) que se venían registrando hacia operadores que, simplemente, estaban haciendo su trabajo.  Queda pendiente la implementación del protocolo de presentación de la información de vuelo para aviones agrícolas, una tarea que EANA deberá encarar con ANAC y el Comando Aeroespacial Conjunto (CoAer) y en la cual colaboraremos por compartir los postulados de seguridad nacional inherentes a la implementación del ADIZ.

Nobleza obliga reconocer que la relación con la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) mejoró notablemente en 2018, en buena medida porque la repartición declinó la actitud autoritaria y prepotente que la había caracterizado en los años anteriores.  En un ambiente de diálogo y razonamiento es posible superar cualquier diferencia y es preciso hacer notar que la PSA está evidenciando un cambio cualitativo digno de todo encomio.

La relación de la Aviación Agrícola con la Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC) ha sido particularmente productiva por el celo puesto por éste organismo en la prevención de siniestros.  Las estadísticas y recomendaciones de seguridad producidas por la JIAAC han sido particularmente ilustrativas y hasta didácticas al momento de las capacitaciones tomadas por los aeroaplicadores en dicho organismo.  Aunque la intervención de la JIAAC se produce siempre en momentos tristes, no podemos menos que destacar el empeño y profesionalismo de todos sus miembros.

2018 ha dejado en evidencia incordios importantes entre agencias federales.  A modo de ejemplo, no existe coordinación ni contacto alguno entre la Dirección General de Aduanas de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la ANAC.  El puente roto salió a la luz en oportunidad de producirse en Mendoza la arbitraria interdicción de dos motores de avión importados por sendas empresas vinculadas a la Aviación Agrícola, uno de los cuales pudo ser recuperado después de diez meses de trámites.  El segundo, todavía interdicto, mantiene paralizada a la fábrica de aviones agrícolas LAVIASA desde hace meses.  Resulta imprescindible que la ANAC integre el Consejo de la Industria Aeronáutica, única forma de interactuar orgánicamente con los organismos aduaneros y de recaudación, para beneficio de todo el sector.

La Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FEARCA) desea agradecer a todos los funcionarios y personal de ANAC, EANA, PSA, JIAAC y CoAer por la colaboración y apoyo prestados durante 2018.  Ha sido un año durísimo para la Aviación Agrícola, pero lo hemos ido superando con esfuerzo, optimismo y tenacidad.  Hacemos votos para que el año entrante nos traiga la reactivación que tanto estamos necesitando.

Rosario, Santa Fe, 8 de diciembre de 2018.