ANAC - FEARCA: Pasado, presente y futuro de una relación simbiótica

19 SEP | por : Dr. Gustavo Marón

Cuando la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FEARCA)  fue creada el 2 de Noviembre de 1996, la autoridad aeronáutica de nuestro país era ejercida  por una organización  militar, el Comando de Regiones Aéreas de la Fuerza Aérea Argentina.

Nueve años después, el 15 de Marzo de 2007, aquella estructura militar se transformó en la actual Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), un ente autárquico que hubo que acompañar y fortalecer desde la propia cuna.

FEARCA no solo vio nacer a la ANAC, sino que la respaldó desde sus propios orígenes, haciendo realidad uno de los mandatos de la Federación, cual era " colaborar con las autoridades públicas y privadas, y en particular con aquellas relacionadas con la actividad agroaérea para la formulación y ejecución de iniciativas que tiendan a la protección, mejoramiento y progreso de la actividad aérea en el país y en el MERCOSUR".

En este sentido, FEARCA fué invitada por la autoridad aeronáutica a integrar el Consejo Consultivo de Aviación General y Deportiva de la República Argentina, creado el 9 de Junio de 2011 por la Resolución ANAC N°479/2011 y la Comisión de Trabajo constituida el 17 de Julio de 2012 por la Resolución ANAC N°467/12.El vínculo estrecho entre FEARCA y la ANAC produjo resultados de alto impacto en la Aviación Agrícola Argentina, pues contribuyó a la solución de un gran número de problemas que aquejaban al segmento del trabajo aéreo en nuestro país.

A modo de ejemplo, en 2011, FEARCA inició una campaña nacional para el blanqueo de empresas aéreas  no registradas, en 2013 contribuyó al alumbramiento de la Parte 137 de las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil (Requisitos de Operación y Certificación para trabajo agroaéreo) y en 2015 inició con la ANAC una campaña de concientización y persecución de operadores aéreos clandestinos.

En el camino, FEARCA organizó cuatro Congresos Mercosur de Aviación Agrícola y más de diez talleres de capacitación y estandarización de procedimientos, en todos los casos con activa participación de la ANAC.En este contexto de colabroración, en 2017, FEARCA propuso medidas activas para ayudar al Estado Nacional en su combate contra el narcotráfico en la frontera norte de nuestro País. En tal sentido, la Federación participó de varias reuniones con autoridades de la ANAC, la empresa Argentina de Navegación Aérea S.E (EANA), el Comando Aeroespacial  Conjunto de las Fuerzas Armadas (COAER), la Fuerza Aérea Argentina (FAA), y la direccíon de Fronteras del Ministerio de Seguridad de la Nación.

En aquellas reuniones conjuntas se acordó instalar en los aviones agrícolas, a cargo de cada propietario, equipos respondedores radar (transponders) que permitieran distinguirlos de los aviones operados por los narcotraficantes que venían perforando la frontera desde Bolivia, Paraguay y Brasil. De esta forma se lograba evitar que la Fuerza Aérea Argentina y la Gendarmería Nacional empeñaran sus escasos recursos en la intercepción de aviones que solo estaban trabajando.Todas las partes comprometidas reconocieron que el uso del 1Abogado de FEARCA transponders, propuesto por la misma Federación, representaba la vía más práctica y eficaz para segregar a los aviones aeroaplicadores registrados, de aquellos operados por narcos.

Es oportuno destacar que las relaciones entre FEARCA y la ANAC se desarrollaron siempre en un plano estrictamente técnico, con independencia de la filiación o extracción política de los sucesivos administradores nacionales. Así lo pueden confirmar el Lic. Rodolfo Gabrielli, el Dr. Alejandro Granados, el Ing. Juan Pedro Irigoin, y todos los demás funcionarios políticos de rango inferior que han revistado en la autoridad aeronáutica en el período 2007 – 2017.La designación del nuevo Administrador Nacional de Aviación Civil, Dr. Tomás Insausti, por Decreto N° 21/2018 del 9 de enero de 2018 abrió un nuevo capítulo en la vieja relación entre FERCA y la ANAC.

En la Argentina, como en todos los países de cuño latino, las instituciones se mueven al pulso del temperamento o estilo de su cabeza de turno. La ANAC no es la excepción, por lo que la designación de Insausti simplemente confirmó esta regla. Resultó que el nuevo administrador no era “mulo de arriar con un palito”. La aspereza de su carácter contrastó de inmediato con los buenos modales propios de su antecesor y, simplemente por eso, maldispuso a los directivos de FEARCA (que no son precisamente “pollos que se cuecen con un solo hervor”).

Para colmo, la relación comenzó realmente mal. El 11 de enero de 2018, a días de estrenarse en su cargo, el nuevo administrador firmó la Resolución ANAC N° 25/2018 por la cual se impuso la obligatoriedad de uso de dispositivos respondedores radar (transponders) por parte de todas las aeronaves de trabajo aéreo que realizaran operaciones al Norte del paralelo 29 Latitud Sur.

Se trataba, lisa y llanamente, de implementar la solución propuesta por FEARCA un año antes para que las autoridades del Comando Aeroespacial Conjunto de las Fuerzas Armadas pudieran distinguir a los aviones agrícolas de los narcotraficantes y poder dirigir las intercepciones sólo contra éstos últimos.

La Resolución N°25/2018 fue publicada en el Boletín Oficial de la República Argentina el 16 de enero de 2018, haciendo exigible la instalación de los equipos a partir del 1° de febrero de 2018. Sólo mediaron quince días calendario (once hábiles) entre la publicación y la entrada en vigencia, plazo de cumplimiento imposible para la instalación de transponders teniendo en cuenta el tiempo que insume el proceso de compra, importación, instalación y habilitación de tales equipos por parte de la propia Autoridad Aeronáutica.

Tras la entrada en vigencia de la Resolución N° 25/2018, el Departamento Trabajo Aéreo de la ANAC comenzó a rechazar las solicitudes de habilitación y re-habilitación de todas aquellas empresas de aviación agrícola basadas al norte del paralelo 29 Sur, en tanto presentaran para afectación aeronaves carentes de respondedores radar.

 Esto produjo una verdadera ebullición intramuros de FEARCA, pues parecía que se estaba empujando a la ilegalidad a muchos aeroaplicadores registrados que simplemente no podían adecuarse a una resolución de cumplimiento imposible. La situación pegó duro dado el previo trabajo conjunto que se venía desarrollando con la ANAC en materia de represión de la Aviación Agrícola clandestina y las reacciones no se dejaron esperar.

Las redes sociales hirvieron al tiempo que FEARCA presentaba a la ANAC sus argumentos por escrito.Felizmente, la sangre no llegó al río. El 20 de marzo de 2018 la ANAC emitió la Resolución N° 166/2018, por la cual se dispuso la prórroga en la exigencia de uso de transponders hasta el 1° de julio de 2018. Fue una medida sensata y oportuna a través de la cual Insausti recondujo a tiempo la relación con la 40 Aviación Agrícola Abril/Junio 2018 comunidad aeroaplicadora. 

En las semanas siguientes el diálogo se vio fortalecido en el seno del Consejo Asesor de Aviación Civil, un organismo consultivo de la Autoridad Aeronáutica que FEARCA integra junto a otras once organizaciones (CADEA, FADA, FAVAV, FAP, FAVL, EAA Argentina, SAA, APHA, AAA, CPIAyE y CAEVU). El funcionario designado por Insausti para dirigir las reuniones del consejo resultó ser Federico Giannini, piloto con vasta experiencia en aviación general, ex comandante de Austral Líneas Aéreas y referente profesional del nuevo administrador.

La empatía con las cámaras y federaciones fue inmediata, lo que facilitó muchísimo el diálogo y la búsqueda de soluciones conjuntas. La relación se estrechó mucho más a mediados de mayo de 2018, cuando Giannini fue designado Director Nacional de Seguridad Operacional en reemplazo del Ing. Aer. Paolo Marino, con quien el diálogo también había sido excelente, a punto tal que fue uno de los primeros funcionarios en comprender y afrontar la realidad de los aplicadores truchos.En lo sucesivo, la relación entre FEARCA y ANAC volvió a su histórico canal de entendimiento.

Prueba de lo expuesto la constituye la participación de la autoridad aeronáutica en la edición 2018 de Aeroaplica, hasta donde se trasladó el Director de Operación de Aeronaves (Jorge Pedreira), la Jefa del Departamento Registro de Licencias (Dra. María Natalia Vilariño) y los Inspectores Luis Severino, Marcelo Berretta y Gustavo Fainberg, quienes impartieron capacitaciones y prácticas aéreas junto a otros agentes de ANAC que brindaron soporte y servicio de foliado.El registro del Lugar Apto Denunciado (LAD) Aeroaplica, donde se desarrollaron todas las operaciones aéreas de la muestra, fue activado en tiempo récord por el nuevo Director de Aeródromos de la ANAC, Ing. Aer. Nahuel Tomassini; mientras que el Inspector Fernando Nocito, funcionario a cargo de las inspecciones de campo, fue invitado especialmente a cortar la cinta inaugural de la muestra como reconocimiento de la comunidad aeroaplicadora a su labor de fiscalización sobre los operadores aéreos no registrados.

Actualmente la federación y la autoridad aeronáutica se encuentran trabajando nuevamente en conjunto, cada una en su rol específico, pero ambas integradas en objetivos comunes tales como el cumplimiento de la normativa, el blanqueo de explotadores todavía no habilitados y el incremento de la seguridad operacional a través de la profesionalización de la actividad. 

Para cuando esta revista haya entrado en imprenta, el Centro de Instrucción, Perfeccionamiento y Experimentación (CIPE), la academia de la ANAC, ya habrá impartido en Córdoba el primero de una serie de cursos sobre Aviación Agrícola y Medio Ambiente.

En simultáneo, la conducción de la ANAC habrá comenzado a analizar el nuevo texto de la Parte 137 de las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil, en cuyo proyecto trabajó también la Federación.

Como el lector podrá advertir, todavía queda mucho camino por recorrer. Pero la historia confirma la naturaleza simbiótica de la relación que vincula a la ANAC con FEARCA, pues ambas organizaciones son interdependientes y se necesitan más de lo que cada cual podría admitir. 

No podría ser de otra forma en un país que cuenta con la cuarta flota de aviones agrícolas más grande del mundo, sin cuya actividad el modelo agroexportador que sostiene al estado se vería seriamente resentido. Por lo demás, el éxito de la autoridad aeronáutica de un país no se mide por la cantidad de normas que emite, sino por la forma en que facilita y estimula la expansión y el desarrollo de los diversos explotadores que le toca conducir, fiscalizar y proteger.

Revista "Aviación Agrícola" N°22  en ISSUU >> https://issuu.com/federacionargentinadecamarasagroaer/docs/web_hd