La empresa que lleva su nombre, inició hace 36 años y hoy tiene 1600 clientes. Provee maquinarias de acero inoxidable al sector lácteo y aeroaplicador. Grosso cuenta su historia y habla de la actualidad.

“Todo comenzó cuando decidí vender mi moto para comprar la primera máquina - recordó Grosso – en ese momento empezamos ligados a la producción lechera, pero luego nos fuimos ligando a la aviación, y hoy tenemos 800 clientes del sector”. 

Grosso destacó que para ellos es fundamental el vínculo con los clientes, “las relaciones son de amistad”, dijo y explicó que el vínculo está basado en escucharlos.

Contó que primero empezaron con repuestos y después “charlando con los aeroaplicadores”, vieron que existían necesidades en cuanto al manejo del combustible. En este punto señaló que es un tema muy delicado y que por eso han trabajo mucho en capacitarse con las petroleras. “Sigo pregonando que es fundamental la seguridad operacional y en el manejo de combustible debe ser eje central”, aseveró. 

En cuanto a cómo se mantiene en pie y crece una empresa industrial en Argentina, expresó: “Yo aposté toda mi vida a este país, y pienso que no hay otro donde haya más oportunidades de crecer, pero la clave es el trabajo , el esfuerzo y el sacrificio, no conozco otra receta”.

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